JO NECESSITO UNA ALTRA BARCELONA, I TU?

JO NECESSITO UNA ALTRA BARCELONA, I TU?
Incomplir la Llei de Barris conculca el nostre "dret al dret" de la ciutat i dels seus equipaments
Barcelona Decideix

diumenge, 22 d’abril del 2007

300 d’ocupació, 300 anys de resistència

300 d’ocupació, 300 anys de resistència

El 25 d’abril es compliran 300 anys de la batalla d’Almansa, la pèrdua de la qual suposà per a la nació catalana l’inici dels 300 anys d’ocupació espanyola.
La Batalla

En la Batalla d'Almansa (25 d'abril del 1707), les tropes de Felip V derroten les de l'arxiduc Carles d'Àustria, cosa que comportarà que Castella ocupi el Regne de València per dret de conquesta (guerra de Successió), perdent així el Regne de València tots els furs concedits fins a la data i l'implantació dels Decrets de Nova Planta.


Al País Valencià, avui dia encara perdura la dita Quan el mal ve d'Almansa, a tots alcança, rememorant aquesta derrota. Altres dites com ara De ponent, ni vent ni gent, ni casament, poden estar relacionats, encara que el seu origen siga diferent a la derrota d'Almansa.

Conseqüències

La victòria a Almansa significà un gran pas en la consolidació de la dominació d'Espanya pels Borbons. Amb el principal exèrcit pro-Habsburg a la península, el duc d'Anjou va guanyar la iniciativa i va conquerir el Regne de València. A partir de llavors, només Catalunya i les Illes continuarien fidels a Arxiduc Carles, doncs el propi Arxiduc i els anglesos es van desinteressar del conflicte, firmant el Tractat d'Utrecht el 1713. La guerra s'allargaria fins el 1715 amb la rendició de les Pitiüses.


Finalitzada la guerra, el monarca va mamprendre llavors una profunda reforma administrativa de l'Estat de caràcter centralista, les línies més significatives de la qual van ser l'enfortiment del Consell de Castella i al 1716 el Decret de Nova Planta de la Corona d'Aragó, pel qual dissolia les seves principals institucions i reduïa al mínim la seva autonomia.


És per aquest motiu que des de l’esquerra independentista s’ha engegat una campanya sota el lema “300 d’ocupació, 300 anys de resistència”. La campanya té dos objectius bàsics. Recordar que el 25 d’abril de 1707 les tropes borbòniques guanyaren la batalla d’Almansa, fet que provocà la contínua desmembració de la nostra nació: 1714 caiguda de Catalunya, a la qual seguí la de Mallorca el 1715. D’altra banda, té com a segon objectiu la denúncia de la situació d’opressió nacional, alhora que pretén iniciar un procés de vertebració i d’estructuració de l’independentisme.

Un eix fonamental de la campanya, sense el qual no tindria raó de ser, és la recuperació de la memòria històrica dels Països Catalans. És imprescindible que, a banda de la supèrflua recuperació històrica que duen a terme els espanyols amb la complicitat dels conformistes polítics-vasalls catalans, donem a conèixer la negació identitària i les imposicions per part de l’Estat espanyol (i del francès, a la Catalunya Nord), i les conseqüències que se’n deriven i com ens afecten: la transició, mal anomenada democràtica. Aprovació d’una constitució unificadora. Atorgament d’autonomies descafeïnades. Pactes estatutaris que perllonguen la negació de la nostra realitat nacional.

És evident que la via estatutària no resol les demandes legítimes de la societat civil catalana. Fet que, històricament, l’esquerra independentista ha vingut denunciant.

Davant d’aquesta situació, ens hem de treure de sobre els complexos, les pors... i fer ús del legítim dret a decidir. Convèncer-nos que som capaços d’organitzar-nos com a nació. Tan sols cal fer un pas valent cap el dret a l’autodeterminació.

La campanya “300 d’ocupació, 300 anys de resistència” és un bon esdeveniment per a reflexionar envers tots els fets històrics que ha patit la societat catalana, alhora que pot suposar un punt d’inflexió en la nostra marxa cap el socialisme i la independència.






http://www.300anys.cat/

28 comentaris:

Anònim ha dit...

Y la romanización, también, hombre. Ahí sí que conculcaron los romanos los derechos históricos del noble pueblo catalán. Volvamos a rehacer la historia, pero ¿por qué empezar por el siglo XVIII? Más centralistas y uniformadores fueron los romanos. Empecemos por allí. Viriato for president!

Legiones go home!

Anna Maria V. ha dit...

Què dius, home? D'on has surtit? De quina tribu ets? Llegeix bé la història i després en parlem. Ah, i si no et sembla malament, firma, si us plau.

Anònim ha dit...

Catalonia is not Spain. In fact, Catalonia is not even Catalonia. It is something between "Matrix" and "Brave New World" (from Huxley). Catalonia out of Spain. NOW!!!!

Firma: YO

Anònim ha dit...

Estimado anónimo,
aunque coincido en parte con tus planteamientos, este blog está abierto al diálogo con argumentos. Es cierto que Cataluña no ha sido nunca ni una nación independiente ni una colonia de España. Pero los catalanes y su cultura tendrán que encontrar su sitio en la historia (y quisiera creer que de la mano del resto de pueblos de España).

Un saludo

Anna Maria V. ha dit...

Gracias, Renato, por situar como siempre el debate dentro de los límites del diálogo razonable y constructivo. No tengo tiempo ni tampoco ganas ahora mismo de responder otra cosa que no sea un comentario dentro de dichos parámetros. Por otro lado, ya conoces mis opiniones.
Bienvenido de nuevo,
Anna

Lidia Cervantes ha dit...

¡¡Hola chicos!! Os echaba de menos.

A ver, pongámonos en situación :-) hipoteticemos...

Si yo tengo unos vecinos que me molestan; son insolidários, (según parece) van a la suya, solo dan problemas con quejas victimitas al "presi" de la comunidad pidiendo mejoras para su rellano. Tienen más dinero que yo (o eso me parece a mí, lo que ocurre es que trabajan todos y se administran mejor) y... ¡Se empeñan en pagar lo mismo que yo!... (Por su culpa; voy a tener que pagar yo también por uso y disfrute... de lo que sea... Cosa que antes me regalaban pensando que yo, no tenía posibles...):-)
En fin, que dan más problemas que alegrías y es una lata tenerlos como vecinos... Encima hablan una lengua que; ni entiendo, ni quiero entender... Y tienen unas costumbres y una forma de vivir que ni apruebo ni comparto... Entonces...
¿Es normal que ponga el grito en el cielo; si descubro que quieren vivir independientemente?... ¿A mi que me importa si dejan de vivir en mi comunidad?... Si no me gustan... ¿O es que pretendo obligarlos a hacer las cosas como yo quiero, por coj...es, a pesar de que están en su casa?...
Salgamos de la hipótesis:
¿No es esto, algo parecido a lo que ocurre entre España y Catalunya?....
Si tanto molestamos... ¡¡Pues nos vamos!!... ¡¡Uy!! ¿Dónde he oído yo eso?... Me está empezando a salir bigote... las gafas ya las tenía... ¿Será algo grave?...:-)

Un besazo a todos...

Anna Maria V. ha dit...

Lidia, está bien lo que dices, pero yo creo que el debate aquí y ahora, con respecto al post de Manel, es un poco distinto, en el sentido que parte de una base histórica. Todos sabemos que la historia se puede leer e interpretar en claves muy distintas, y todos sabemos que la imparcialidad absoluta no existe. La prueba es que a nosotros, de pequeños, prácticamente no nos contaban nada de la historia de Catalunya: desconocíamos los nombres de los reyes, de las batallas, no sabíamos nada de los dominios que pertenecieron a la Corona de Aragón, ni nada de nada. La otra prueba es que los mismos que ponen en el grito en el cielo ante cualquier conato de expresar ideas independentistas o simplemente nacionalistas, son los mismos que, invirtiendo los argumentos y interpretando la historia desde la óptica contraria, reinvindican la españolidad del Peñón de Gibraltar. Ahí no importa que hayan pasado 300 años. Tampoco importa la anacrónica circunstancia de mantener el colonialismo en Melilla y Ceuta. En fin.
Yo creo que tus argumentos son reales, pero lo son porque el ambiente está enrarecido. Los argumentos para reivindicar la catalanidad han de ser fundamentalmente históricos. También creo que si España aceptara la diversidad de verdad, si defendiera como una riqueza las diferentes lenguas, si sumara en lugar de dividir, otro gallo cantaría. Porque los catalanes somos básicamente prudentes y con poco espíritu de buscarnos problemas. Por tanto, seguramente aflojaría mucho el ambiente independentista.
Ya hablamos con Renato una vez del federalismo, etc, etc.
Ahora bien, cuando aparecen anónimos como el que tenemos más arriba, claro, es cuando, aunque no quieras, te radicalizas. Y, por desgracia, ahora mismo hay demasiados anónimos así a nuestro alrededor.
Un beso, Lidia.
Anna

Anònim ha dit...

Estimada Anna,
creo que el resto de españoles queremos compartir un mismo proyecto común con los catalanes. Y en eso la historia no debe ser un obstáculo, sino al contrario. Compartimos muchas cosas para decirnos adiós como si nada.

Un saludo a todos/as (sin crispación)

Anna Maria V. ha dit...

Sí, sí, Renato, ya lo hemos hablado. Creo que tú y yo discrepamos, pero entendemos muchas cosas con ganas de ser imparciales. Por eso he dicho antes que tú y yo habíamos hablado ya de federalismo y de otras formas posibles de relación entre las comunidades autónomas, etc. Lo que pasa es que eso que dices de que el resto de los españoles quieren compartir un proyecto común con nosotros me suscita dos interrogantes.
Sin voluntad de poner en duda dicha afirmación, me pregunto qué porcentaje de españoles. Tú sí, pero hay muchos otros que no lo tengo nada claro.
Y el segundo interrogante, que más bien es una certeza: los que lo quieren compartir siempre es a partir de las mismas reglas del juego: la indisolubilidad de la unidad de España (unidad que puede entenderse de muchas formas distintas), la preponderancia del centralismo, la consideración del castellano como lengua principal y el resto como lenguas secundarias, etc. etc.
Claro, así cualquiera. Te aseguro que aquí nadie seria independentista a estas alturas (o una minoría muy pequeña) si ciertas cosas se respetaran y si ciertas cosas pudieran ser modificadas sin que nadie se rasgara las vestiduras.
Es cierto: hemos compartido mucho. Mucho bueno y mucho mucho malo. Pero aquí entra la intervención de Lidia (y no es victimismo, no me lo digas como ya lo hiciste), la percepción desde aquí es que somos muy poco comprendidos. Por eso, ella se pregunta, ¿qué más os da?
Nada de crispación.
Saludos muy cordiales,
Anna

Anònim ha dit...

NO digáis chorradas. Cataluña ya era parte de España en la batalla de Almansa. ¿Qué es eso de 300 años de ocupación? ¿Puede un país ocuparse a sí mismo? Al final habéis terminado creyéndoos vuestras falsificaciones de la historia. Por no hablar de los Paisos Catalans. Todo historia-ficción. Y encima os quejáis de que caéis antipáticos en el resto de España...

Firmado: YO

Anna Maria V. ha dit...

Tant de bo els Trastàmara no haguessin assassinat Carles de Viana. Anys després, els Borbons van acabar amb l'autonomia dels territoris de la Corona d'Aragó (València, Mallorca i el Principat), ja molt malmesa per culpa de Ferran II (Trastàmara). El principi de la desgràcia per a la corona catalana fou la mort sense descendència de Martí l'Humà. Pel que fa als territoris de la Catalunya Nord, van passar a la corona francesa arran del Tractat dels Pirineus l'any 1659.
Abans de tot això, tots aquests territoris, junt amb l'Aragó, formaven una monarquia independent (encara que amb lligams de proximitat dinàstica i territorial) de la resta de corones peninsulars. Si les coses haguessin anat d'una altra manera, com va passar amb Portugal, ara seríem com ells (com Portugal) i tothom ho trobaria normal.
En fi, aquests fets històrics es poden documentar sense problemes, com molts i molts d'altres. No passa res. Estem acostumats a la mentida i a la desqualificació. No és cap cosa estranya en política i en història, com podem demostrar amb l'exemple recent de la gran fal·làcia sobre les armes de destrucció massiva a l'Irak.
De tota manera, si som tan antipàtics, per què us entesteu a no deixar-nos tranquils? Això és com voler retenir una parella que no t'estima. Ai, ai, ai, que em temo que la vena conquistadora i colonialista castellana encara dura.
¿Lo ves, Renato?

Anònim ha dit...

Mi idea es que la historia es la que ha sido, y ya está. Lo que dices de Portugal, Anna, se podría aplicar a cualquier hecho histórico. ¿Y si...? ¿Y si se hubiera muerto de joven Isabel de Castilla? ¿Y si los musulmanes no hubieran sido expulsados en la Reconquista? Ahora sería todo diferente, claro. Por eso algunos musulmanes quieren recuperar Al-Andalus, siguiendo ese mismo criterio del ¿y si...? para rehacer la historia. Pero como cada cual es dueño de elegir el ¿y si...? que quiera, pues siempre estaremos en confrontación unos con otros. Yo digo, ¿y si aprovechamos que llevamos juntos unos cuantos siglos, tenemos una Constitución en la que hemos logrado ponernos todos más o menos de acuerdo y no nos enzarzamos en nuevas discusiones bizantinas identitarias? ¿No sería eso más constructivo? Pregunto.

Saludos.

Anna Maria V. ha dit...

Sí, posiblemente. Pero con unas condiciones previas de trato igualitario. Creo que lo voy repitiendo. Hemos de sentir (gallegos, vascos, catalanes) que partimos de la igualdad de condiciones, no de unos parámetros establecidos en los cuales no hemos podido intervenir. Tan fácil como eso, Renato. Lo hemos tratado ya en este blog repetidamente. Cuando hay cosas que se hacen y se dicen con total impunidad y a la inversa existe otro rasero, no se puede producir lo que tú preconizas, que sería fantástico.
El ejemplo de Portugal lo he puesto para ilustrar de manera nítida que la historia no es exactamente como decía ese desconocido no muy bien educado que se nos ha colado aquí.
Un abrazo,
Anna

Anònim ha dit...

¡Qué tíos! Y a la mani fueron 150 personas. Es lógico que después de 300 años de resistencia el personal esté ya un poco quemado. Pero bueno, no dejéis que la realidad os fastidie una buena falsificación histórica.

Firmado: YO

Anna Maria V. ha dit...

Bibliografia:
Història de Catalunya dirigida per Pierre Vilar. Barcelona: Ed. 62, 1987-2003. 10 volums.


Vilar, Pierre. Historia de España,
Ed. Crítica, 1991.

Anònim ha dit...

O sea, que Cataluña apoyó a los Habsburgo, ¿no? ¿Y qué? El ejército de los Austrias que combatió en Almansa estaba bajo el mando del Marqués de las Minas y de lord Galloway y se componía de 100 hugonotes franceses, 4.800 ingleses, unos pocos españoles, 1400 holandeses, 250 alemanes y 7.670 caballeros portugueses; en total 16.000 hombres. Enlazar todo eso con el estatut, el socialismo y la independencia de Cataluña es historia-ficción de la peor. Y si lo afirma Pierre Vilar, pues más.

Anna Maria V. ha dit...

Presentació de Maurice Aymard
Aron Cohen, Rosa Congost i Pablo F.Luna (coordinació).
Pierre Vilar: une histoire totale, une histoire en construction
Textos de l’Atelier Pierre Vilar, u d’octubre de 2004. Nanterre

Tenim el llibre aquí, davant nostre, un any i mig després de la sessió de l’Atelier Pierre Vilar que ens havia reunit el primer d’octubre de 2004, a la Universitat de París X, i hem d’agrair als tres coordinadors per haver portat a bon port, en uns terminis tan ràpids, una empresa que sabem que sempre és difícil. La publicació ens permet de rellegir-nos avui, tot adoptant una doble perspectiva, en relació al mateix Pierre Vilar, a qui vam voler honorar, i també en relació a allò que cadascun de nosaltres va triar i intentar dir en aquella ocasió, a partir de la seva pròpia experiència i dels seus propis records.

El llibre que tenim entre les mans ens confirma que l’objectiu fixat en aquest Atelier ha estat assolit. Perquè ens convida a anar més enllà de la simple celebració d’un molt gran historiador, que ens ha marcat a tots i del que volem guardar i mantenir el record, i a reflexionar sobre els resultats d’allò que ha estat una primera etapa, i sobre el que ens queda per fer en el futur. En posar l’accent sobre la dimensió permanentment crítica del treball de l’historiador, i sobre l’exigència de la conceptualització sotmesa a la prova dels fets –havent de servir l’una i l’altra de guies en la construcció raonada d’una història per definició mai acabada- Pierre Vilar ens havia ensenyat la via a seguir. Aquesta dimensió crítica, aquesta exigència, l’hem d’aplicar alhora a ell i a nosaltres.

Hem evocat i discutit els diferents aspectes de la seva obra, sinó tots, sí almenys alguns, i els més importants. Ho hem fet sempre amb referència a la nostra experiència personal d’investigador, marcat en una o altra etapa de la seva vida per la nostra trobada i els intercanvis establerts amb ell. No podia ser de cap més manera, perquè hem buscat, més o menys conscientment, posicionar-los en relació amb ell. La seva biografia intel·lectual, la seva trajectòria personal, la seva obra tal com la vam descobrir, llegida i utilitzada, el seu ensenyament, ens han servit per a revisitar la nostra biografia, i per repensar el nostre itinerari personal. La figura de Pierre Vilar ens ha servit de punt de referència. El que constitueix sens dubte el millor, el menys oficial i el més personal dels homenatges que li podem oferir. Perquè el seu paper en relació a nosaltres, tal com ell el va pensar, voler i assumir, no va ser pas el de “produir” alumnes que se li assemblessin i apareguessin com els seus hereus. Va triar ésser, a través dels seus escrits i dels seus ensenyaments, un gran interlocutor, exigent i crític sense voler ser mai anorreador, amb el qual hem hagut de confrontar-nos.

Però potser ha arribat el moment d’intentar alliberar-nos de la nostra relació amb ell per intentar de resituar l’historiador Pierre Vilar en el seu temps, i copsar des de dins les eleccions que van orientat les seves recerques, la seva concepció del seu ofici i de la seva disciplina, i l’escriptura de la seva obra. Ens cal, doncs, d’una banda, partir dels temes que van ser els seus: porten la marca de la seva generació. Una generació massa jove per haver fet la guerra, que va tenir a França, amb els Annales, fundats el 1929 pels més brillants i els més lliures d’aquells que van sobreviure a la guerra, d’una guia que s’esforçà de situar molt amunt, per renovar-les millor, les ambicions de la història. Però una generació, també, els membres de la qual només van poder obrir-se pas i imposar-se a través de l’originalitat i l’excepcionalitat del seu enfocament i dels seus treballs, i al preu d’un llarg treball solitari, del qual l’aïllament és precisament la condició i la clau de l’èxit.

Ni Labrousse, ni Braudel, ni Vilar, els “tres grans” que, a França, emergeixen després de 1945 i es situen en el primer rang dels historiadors, amb un estatut particular que allunya d’ells qualsevol ombra de dubte, i en fa figures de referència, més encara que mestres o caps d’escola. No van tenir el que podríem dir un mestre. Però van tenir la sort de trobar un públic a la seva mesura: una nova generació de joves investigadors, nascuts durant les dècades de 1920 i 1930, que van elegir la història no pas per facilitat, sinó en nom d’una exigència de sentit. La història els semblava aleshores la més apta per ajudar-los a trobar una resposta a les qüestions dramàtiques i urgents que es plantejaven a tots els seus contemporanis en sortir d’aquesta “guerra de Trenta anys” (1914-45) que va capgirar el món, va posar fi a la supremacia d’Europa i va obrir, enmig de les destruccions i de les runes, el que era percebut com una nova era, que calia comprendre, construir i inventar alhora: per comprendre cap on va, i cap on pot i hauria d’anar aquest món i, per a molts, per a comprometre’s políticament, cal saber d’on es ve. El passat té la clau del present i del futur.

Sense aquest públic, que no va deixar d’ampliar-se i de renovar-se, sense aquest context molt particular de l’endemà de la segona guerra, sense aquests interrogants ansiosos i apassionats llençats a la història, i sense la nova institució on es van retrobar (la Secció Sisena de l’École Pratique des Hautes Études), ni Labrousse, ni Braudel, ni Vilar haurien sens dubte estat allò que van ser i de fet van significar per a nosaltres. A l’audiència nacional que ells gaudeixen des del primer moment, s’hi afegeix, a partir de la dècada de 1950, una audiència internacional, que atrau vers ells, i sobretot vers Braudel i Vilar, nombrosos joves investigadors estrangers. Recordem les dates: el 1950, el Congrés Internacional de Ciències Històriques de París, que marca la represa de contactes internacionals després de la guerra; el 1955 es tracta del Congrés de Roma, amb el gran informe de Labrousse fixant el programa d’una història social del segle XIX fundada a partir de bases quantificables; el 1958, l’article de Braudel (que acaba d’ésser elegit com a cap de fila de la Secció Sisena i assumeix des d’ara la direcció dels Annales), sobre la llarga durada, que serà traduït, i continua essent-ho ara, a totes les llengües del món; el 1960, l’informe de Vilar al Congrés d’Estocolm. Ara bé, aquests mateixos anys són també els d’una formidable explosió de la història i de les ciències socials, i aquells on s’inicia el creixement dels efectius de la recerca i de l’ensenyament superior, tant a França com a fora de França, i on s’imposa la necessitat de dotar la recerca de mitjans de treball, de crèdits, de centres i de laboratoris; són anys, si es prefereix, d’un autèntic canvi d’escala.

En aquest context, Pierre Vilar va reeixir a imposar la seva pròpia marca, sense desviar-se mai de la ruta que s’havia fixat, i afirmant l’originalitat de la seva posició en tots els plans dels debats de l’època. La referència al marxisme, però a un marxisme repartit entre diverses lectures de Marx. Una ambició científica per la història, identificada amb la promoció de la quantificació. La voluntat de construir una història total, tenint en compte tots els aspectes de la vida dels homes tals com s’inscriuen en el temps i en l’espai. El lloc atorgat a la reflexió metodològica: quina història, i com fer-la i escriure-la? La necessitat de superar la descripció per intentar conceptualitzar, formalitzar, modelitzar. L’obertura, però una obertura crítica, vers les altres ciències socials: l’economia, sens cap dubte, però també la sociologia, i l’antropologia, respecte de la qual P. Vilar assenyala què és el que els separa, d’una manera més ferma i frontal que F.Braudel.

Però la història té també la seva història: la virada intel·lectual que s’insinua en les files dels historiadors, a França però també en altres països, entre la fi dels anys seixanta i el començament dels anys 70, qüestiona des de dins totes aquestes antigues certeses, i situa aquells que continuen reclamant-se’n a la defensiva. La història s’allunya de l’economia en el moment en què aquesta cessa de plantejar-li interrogants, com ho havia fet en els anys 1920 i 1930, per elegir la via de la matematizació. I una nova aliança es produeix amb l’antropologia, tan familiaritzada amb el temps llarg, que estarà temptada de veure la història immòbil. L’antropologia proposa altres formes de formalització, i doncs d’explicació, de les decisions i comportaments humans: la família, l’aliança i el parentiu, i el conjunt d’opcions i “estratègies” que inspiren, de manera conscient o no, per la tria dels cònjugues, la transmissió de béns mitjançant l’establiment dels fills i la successió, i per la reproducció de generacions; les tècniques, i l’impacte durader que exerceixen, en el nivell més fi, sobre l’organització social; els valors que orienten l’atribució de papers que cadascú hauria d’assumir; les relacions interpersonals i l’estructuració de l’espai social; les actituds davant la vida i davant la mort; i, més profundament encara, les representacions del món, i la part del possible i la del necessari, essent una cosa això darrer només perquè és acceptada culturalment i interioritzada pels individus.

La quantificació no cedeix pas el seu lloc: fins i tot guanya espai, amb l’aplicació des seus mètodes a d’altres àmbits, en particular el cultural i el religiós. És el que Pierre Chaunu proposa aleshores d’anomenar “la inserció del serial en el qualitatiu”. Però, paral·lelament, la descripció recupera tots els seus drets, així com l’individual i el particular, que esdevé impossible de separar o de marginar com si fossin residus de la història, en nom del vell principi aristotèlic de que “només és científic el que és general”. La thick description i la microstoria esdevenen les referències metodològiques obligades de la nova història social, on la gender history també imposa el seu lloc i els seus punts de vista. Altres figures de referència, que pertanyen al camp de les altres ciències socials, Barthes, Foucault, Derrida, Bourdieu, i d’altres, s’imposen també als historiadors. Seguirà, en la dècada de 1980, allò que s’ha anomenat la “crisi del marxisme” que condueix a molts, equivocats o amb raó, a una desafecció clara vers allò que abans havien acceptat o fins i tot adorat.

Enfront d’aquest canvi de fons, P.Vilar sens dubte va ser un d’aquells que, amb energia i lucidesa, van resistir, refusant tota concessió a la moda, retornant tots els cops, i sotmetent les noves propostes a la mateixa lectura crítica a la que havia sotmès aquelles que l’havien precedit. Ens va ensenyar que calia també saber pensar contra el seu temps, i que, per obtenir un cert temps d’avantatge, calia acceptar de no estar de moda, de passar de moda: un article de Le Monde, publicat ara fa uns quatre o cinc anys, i titulat “Retorn a Kondratieff”?, em va fer pensar en les crítiques dirigides a Braudel vint anys abans per alguns membres de l’establishment de la història econòmica francesa després de la publicació de Civilisation matérielle, économie et capitalisme: “però si encara creu en Kondratieff!”.

La història de la història al segle XX tot just ara comença a mobilitzar l’atenció dels historiadors. Encara queda molt per escriure. Contentem-nos amb una certesa: reconeixerà a Pierre Vilar, sempre actual, el lloc que va ocupar, i que avui encara és el seu.

Maurice Aymard (EHESS, París)
Maurice Aymard
MSH
54 boulevard Raspail
75006 París
Aymard°msh-paris.fr

Anònim ha dit...

Vale, vale, me rindo. Cataluña, que vuelva al reino de Aragón. ¿O existió una Cataluña independiente, que España invadió a sangre y fuego, y yo no me he enterado?:

En 1214, nace el Principado de Cataluña, en base de las Cortes Catalanas, como división administrativa de la Corona de Aragón.
A lo largo del segundo cuarto del siglo XIII se incorporan a la corona las Islas Baleares y Valencia. Éste último territorio, el Reino de Valencia, pasó a convertirse en un tercer reino de la Corona de Aragón, con Cortes propias y unos nuevos fueros: los Furs de València.

Desde los tiempos de los Reyes Católicos los catalanes participan directamente en las expediciones y campañas militares españolas.

Que no os invadió nadie, leñe. Y si queréis volver la historia hacia atrás, pues al reino de Aragón, y no se hable más. Lo demás es proyectar los deseos de la casta nacionalista sobre la historia, o sea, falsificarla.
Y el que no esté de acuerdo, supongo que será un facha asqueroso, repugnante españolista y falangista trasnochado. Después de leeros, habrá que decir ¡y a mucha honra!
Firmado: YO

Anna Maria V. ha dit...

Apunts de les classes que imparteixo a la UB:

El segle XVIII està marcat a casa nostra per la Guerra de Successió. Felip V de Castella, que a la Corona d’Aragó hauria d’haver estat anomenat Felip IV d’Aragó (altrament era com acceptar implícitament la identificació de Castella amb Espanya i la pertinença sense idiosincràsia pròpia dels territoris de la Corona d’Aragó a aquest territori, Espanya), va ser l’hereu per testament reial de la corona hispànica a la mort de Carles II, del qual era nebot. Felip era nét de Lluís XIV de França; per tant, un borbó. Carles II va morir sense descendència el dia 1 d’octubre de l’any 1700, i amb ell va finalitzar la dinastia dels Habsburg hispànics. Aquesta decisió no deixà de ser en certa manera sorprenent, ja que Carles II pertanyia a la dinastia dels Habsburg (casa d’Àustria). Felip V va anar a Madrid primer i tot seguit a Barcelona (en un inicial gest de deferència), ja que les lleis s’havien de jurar en el mateix territori. A Barcelona jura constitucions i convoca Corts. Els territoris de la Corona d’Aragó (Aragó, Catalunya, País Valencià i el Regne de Mallorca) tenien les seves pròpies institucions (que s’havien anat més o menys respectant però cada cop amb més limitacions), encara que compartien rei amb Castella i la relació era molt forta.

Ara bé, les potències estrangeres (Gran Bretanya, Portugal, Holanda i l’Imperi austríac) veuen amb mals ulls el domini dels Borbons a França i també als territoris hispànics, per la qual cosa els hi declaren la guerra, que els primers anys té lloc en territori francès. A partir de 1704, l’arxiduc Carles d’Àustria, germà de l’emperador austríac, entra per Portugal decidit a prendre Espanya i a instituir-se rei de tota la monarquia hispànica. Ens trobem amb una tumultuós inici de segle a Europa. La realitat és que Espanya havia perdut el seu poder internacional, de manera que Anglaterra i França lluiten pel domini del món occidental. La Guerra de Successió, doncs, serà sostinguda directament per la coalició dels països abans esmentats en contra dels francesos, als quals volen mantenir a ratlla. Per aquest motiu, fan costat al pretendent austríac, l’arxiduc Carles.

Castella es mantindrà sempre fidel al Borbó, però els territoris de la Corona d’Aragó trobaran en aquesta lluita dinàstica una esperança de tirar endavant les seves aspiracions de major autonomia i privilegis perduts des de l’adveniment dels Trastàmara. La petita noblesa i la burgesia veuen perillar amb els Borbons qualsevol esperança de millora, i la Corona d’Aragó es col•loca incondicionalment del costat de l’austríac. Hem de tenir present, per entendre correctament la situació, l’antagonisme ja existent entre Castella i Catalunya, i les diferents aspiracions polítiques d’ambdós pobles, que trobaran un reflex en els països que lluiten per dirigir el món europeu. D’una banda, França, model de la unificació estatal, que representava la monarquia absoluta i la centralització. D’una altra, Àustria i Anglaterra, que significaven l’imperialisme descentralitzat. Catalunya, en aquest context, és normal que se sentís estimulada per les condicions promeses de protecció d’aquests dos pobles, amb connotacions autonòmiques, i se situés en contra del Borbó, decididament centralista (com ho era el model de la monarquia francesa).

Els primers anys de la guerra van ser favorables a l’arxiduc Carles. Ja hem dit que entra per Lisboa el 1704 i pren Gibraltar, fet que dóna a la flota anglesa la clau de la Mediterrània. Poc després, els aliats europeus arriben a Barcelona, on el 9 d’octubre de 1705 Carles entra gloriosament amb una rebuda joiosa de la població catalana que el proclama rei (Carles III). Les Balears i el País Valencià segueixen l’exemple de Catalunya.
La guerra és forta al llarg de la península i es perllonga durant anys. Però es produeix un fet que d’alguna manera decidirà la sort dels Borbons a Espanya: la mort el 1711 sense descendència del germà de l’arxiduc Carles, l’emperador Josep I d’Àustria. En heretar Carles la corona imperial i davant la possibilitat, si arribà a ser rei dels regnes hispànics, de reunir una altra vegada els extensos territoris que havien constituït l'imperi de Carles V, Anglaterra canvia radicalment d'actitud: abandona l’aliança amb l’arxiduc i amb Catalunya a canvi de dues cartes en el joc del poder: Gibraltar i Menorca. Signen la pau amb Felip V a Utrecht el 1713. Felip V s'assegurava el tron d'Espanya i els anglesos el seu predomini en la Mediterrània occidental.
D’altra banda, l’arxiduc, davant de la seva nova circumstància, també perd un cert interès en l’afer hispànic. La guerra encara es perllonga durant un temps. Primer cauen València i Aragó, territoris que van ser ràpidament annexionats a Espanya. De mica en mica, Carles es va desinteressar del tot i els catalans es van trobar sols. Ja no hi havia res a fer davant l’exèrcit filipista. Barcelona, després d’una obstinada defensa, capitula l’11 de setembre de 1714. Mallorca i les Pitiüses un any més tard. Tots aquests territoris seran annexionats a Espanya, tret de Menorca que, com ja sabem, va romandre en poder dels anglesos.
Felip V, en els anys següents, començà a emetre tot un seguit d’edictes i de lleis, alguns anomenats Decrets de Nova Planta, que aboliran tots els sistemes legals de constitucions que abans havien regit en els territoris de la Corona d’Aragó. Posen fi jurídicament a la independència política de la Confederació catalano-aragonesa. El 1716, el Decret de Nova Planta promulgat fa referència explícita a l’oficialitat a Catalunya de la llengua castellana. Felip V propugnarà una uniformitat que insistirà molt en la unitat lingüística, imposant el castellà a tots els territoris. Lògicament, aquest fet incidirà poderosament en la literatura. Això no comença en aquest moment, com ja sabem, però serà en certa manera el toc que faltava. La pressió de la corona en contra de la cultura en català serà fortíssima, en certa manera com a mesura de revenja per l’opció del principat durant la guerra per l’hegemonia europea.

Anònim ha dit...

No entiendo mucho de historia, Anna, pero han pasado muchas cosas desde la Guerra de Sucesión. Y el actual panorama político tiene poco que ver con otras situaciones históricas. De hecho, parecería que las ansias secesionistas deberían ser ahora menores que nunca, ¿no?

Un saludo.

Renato

Anna Maria V. ha dit...

Mi pretensión no era hacer política actual con los posts anteriores. Sólo intentaba demostrar al empecinado anónimo que no puede descalificar a renombrados historiadores como Pierre Vilar ni insistir en que desde Catalunya se miente y se tergiversa la historia. El último post es un resumen sucinto de mis explicaciones a los alumnos en la introducción de mi curso sobre literatura catalana de la Ilustración. Son apuntes personales, mi guía de clase, por decirlo así, y están confeccinados con honestidad y bien documentados. Lógicamente, parecen fraccionarios, porque hay cosas que les explico sobre la marcha y otras que no puedo detenerme a explicar porque no es la finalidad de la asignatura. Sólo se trata de una introducción contextual para poder empezar a hablar de literatura.
En cuanto a lo que tú dices, creo que ya sabes mi opinión. Yo nunca he sido independentista sin más. Siempre he estado por la cuestión social antes que por la nacional y, aunque he defendido a capa y espada mi lengua y mi cultura, también he respetado y admirado la de los demás (no en vano, ya sabes, también soy licenciada en hispánicas). Lo que ocurre es que, a raíz de la aparición de Aznar en el panorama político, a raíz de la crispación que el PP sigue provocando, a raíz del doble rasero innegable, las posiciones se radicalizan. La prueba es este anónimo que no atiende a razones, y que tampoco argumenta con claridad lo que quiere decir. Manía per se. Ante mentiras flagrantes como las que expande Tele Madrid, por ejemplo, llega un momento en que no puedes más.
Ya hablamos del federalismo, que ya preconizaba el abuelo de Pasqual Maragall. Tal vez sería una forma, pero nada satisface al resto de España.
Es evidente que la independencia es una posibilidad lejana y utópica, que ni siquiera sé cuánta gente la desea de verdad, pero, por otro lado, has de entender que nos sentimos absolutamente incomprendidos. Las mentiras que se cuentan son sorprendentes porque no tienen nada de verdad (ya lo hablamos largo y tendido hace meses, con ejemplos y todo). Te aseguro que, con motivo de las investigaciones para mi tesis, descubro las mismas actitudes, tergiversaciones y mentiras en el siglo XVIII que ahora. Ante eso, ante el hecho de que el tiempo pasa y las mentalidades no cambian, el debate se situa inevitablemente en los extremos. El quid de la cuestión, grosso modo, es la aceptación verdadera (pero verdadera de verdad, y valga el infantil juego de palabras) de la diferencia. España ha de aceptar que tenemos otra lengua y una idiosincrasia propia. Mientras eso, en lugar de potenciarse como una riqueza, se infravalore como una tara a exterminar, no hay solución.
No sé, Renato. Yo no quiero menospreciar a nadie, a ningún otro territorio, pero tampoco quiero que me menosprecien a mí ni me impongan por la fuerza ciertas cosas.
Un abrazo,
Anna

Anònim ha dit...

Renato, hijo, eres patético. Sólo te falta pedir perdón por la explotación y la humillación a la que has sometido al pueblo catalán durante trescientos años. Si no piensas como ellos, eres un centralista cavernícola, enemigo de la cultura catalana, y por tanto se reafirman en sus posiciones; y si les das la razón, se reafirman también. Es inútil discutir con ellos. Dedica tu tiempo a algo más provechoso.

Firma: YO

Anna Maria V. ha dit...

Estimado Renato,

Siempre me ha parecido que nuestras conversaciones eran enriquecedoras, constructivas y muy agradables. Llevamos meses hablando y ya eres como de la familia en este blog. Espero fervientemente que tú pienses lo mismo, y no se me ocurre ninguna razón para que no sea así.

Gracias por tu presencia y tus aportaciones.

Anna

Lidia Cervantes ha dit...

Bueno, queridos contertulios (los de, a cara descubierta) he aquí una clara evidencia del: "Díselo, que te lo va a decir"...
Así que, querido anónimo ¿Por qué no te aplicas el cuento?
Tu caso, es el único en este blog, que cuando se le acaban los argumentos recurre a las descalificaciones personales... ¡Nchsss!... Una tarjeta de presentación que dice mucho de quién la posee...
Mas talante, amigo, más talante...

Anònim ha dit...

Anónimo, discrepar no es estar en posesión de la verdad, sino poner a prueba tus propios argumentos. Eso es lo que intento hacer yo en este blog. Y eso no es perder el tiempo, sino un enriquecimiento personal a todos los niveles.
Anna, si una cosa valoro yo de esta "tertulia virtual" es que pueda mantener discusiones vehementes sobre temas controvertidos y a la vez sentirme como en familia, como muy bien has dicho tú. Y tanto más cuanto que eso no es moneda corriente en estos días.

Saludos a todos/as

Renato

Anna Maria V. ha dit...

Gracias, Renato. Espero y deseo largas sesiones en el futuro de nuestra "tertulia virtual". Evidentemente, exponer y cruzar argumentos con vehemencia pero con educación y respeto es un ejercicio de civismo y convivencia que todos deberíamos poner en práctica y que, como bien dices, no es habitual en estos días.

Lidia, molts petonets.

Pel que fa a qui no signa, he sentit alguna vegada que la solució més intel·ligent i econòmica contra la injúria és no fer-ne cap cas. Sobretot, afegeixo jo, quan no s'exposen argumentacions de cap mena.

Anna

Anònim ha dit...

¿No seria mas conveniente construir una historia mejor para el futuro que andar discutiendo por el pasado? ni yo , ni vosotros ,ni ninguno de los contemporaneos puede ser juzgados por lo que hicieron nuestros antepasados. Yo solo sé que soy catalán porque nací en Catalunya y a pesar de que mis padres no sean catalanes para mi esta es mi tierra aunque a mchos les pueda extrañar. UN SALUDO A TODOS.
FELIPE

Anònim ha dit...

Be, sempre que es parla d'independentisme, es parla en clau republicana. Oblidant, per tant, que catalunya, a exepció del parentesi de las republicas(i totes han estat a l'hra espanyoles), Catalunya sempre ha estat Monàrquica. Va perdre la seva independencia lluitant per la succeció (es diu així?) d' un rei al tró d'espanya, concretament entre el Borbons(Que ja devien veure que a França serien acomiadats i es buscaven la vida), i els Austria, que pugnaven per la Corona Espanyola.

Cal dir que a Portugal celebren encara el día que van vèncer a les tropes castellanas, castella no nomes ho va internar a Catalunya, també va voler invair Portugal, si ho haguessin fet ara els Portuguesos demanarien l'independencia i els del PP els hi dirien que no, que allò es Espanya....!!!!

Peró tambe es pot parlar d'una independencia Monàrquica i que el rei de Castella sigi a l'hora rei de Catalunya. (O seria de la Corona d'Aragó???).....

Tot aixo van ser jocs de Reignats, es diíficil ara "trencar" d'una forma neta. (i elegant, clar, aixó que no falti.)

Al que diu qye si es millor constriur una histori per al futur...

Aix´o es el que volem, un futur independent, i que no es preocupi, quw ja ens ho farem nosaltres el futur.....(si es que es els espanyols es creuen les seves pròpies falàcices).