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Barcelona Decideix

diumenge, 27 de maig del 2007

ANV hoy no podrá ejercer su derecho al voto

Votantes y simpatizantes de ANV no podrán acceder a los colegios electorales de Euskadi y Navarra para ejercer su derecho al voto.

Por este motivo, simpatizantes de ANV han decidido llevar a cabo acciones de protesta durante la jornada electoral. Cuando aparecen las principales figuras políticas del País Vasco y Navarra, hacen oír su ilegalizada voz con gritos de "pucherazo" y camisetas con diversos eslóganes.

En los pasillos del colegio electoral, los congregados han levantado sus carteles, en los que podía leerse "Pucherazo electoral" y han coreado consignas como "Esto no es democracia", "Dónde están nuestros derechos" o "Respetad la voluntad de Euskal Herria".

Tras depositar sus papeletas en las urnas, Odon Elorza ha lamentado la "falta de libertad" con la que ha tenido que ejercer hoy su derecho al voto. El candidato ha reprochado que la izquierda abertzale vaya "siempre de víctima" y no se dé cuenta de que "para jugar en libertad tiene que respetar las mínimas y elementales normas de la democracia".

El Sr. Elorza aún no ha entendido que quienes padecen la falta de libertad, son los ciudadanos y ciudadanas de la izquierda abertzale de Euskal Herria. Puede que vayan de "víctimas", pero lo cierto que el Sr. Elorza sí ha podido votar, mientras que miles de personas han visto con impotencia como se les conculcaba un derecho tan elemental: tener la opción de ejercer su derecho al voto. Claro que para ello han de aceptar previamente unas normas elaboradas por un régimen tan democrático que priva e ilegaliza voces, formaciones políticas y, sobre todo, naciones. Un régimen, la democracia, que no es otra cosa que la dictadura del dinero.
Vaya desde Catalunya nuestra más absoluta solidaridad.

27 comentaris:

Lidia Cervantes ha dit...

*Cuando la voz de los oprimidos es silenciada o ignorada, la violencia toma la palabra. Y lo que es peor; La disfraza de razón. . .

¿Se darán cuenta alguna vez?...

Un beso a todos

Anna Maria V. ha dit...

Me parece que no, Lidia. La prepotencia y el desprecio por los derechos de los demás no les dejan ver más allá de sus narices. Y nada tiene que ver todo esto con ETA. Nada. Los electores silenciados son gente normal, gente como tú y como yo pero con ideas que los que "nunca hacen nada mal" han demonizado.
Un beso,
Anna

Anònim ha dit...

Hola a todos/as.
Insisto en que no se "criminaliza" o ilegaliza ideas, sino organizaciones, tengan el nombre que tengan. Y los que son independentistas, de izquierdas y abertzales, que voten a Aralar. Todo tiene que ver con ETA, Anna. En las organizaciones criminales (sean terroristas, Mafia o lo que sea) no todos son pistoleros. Pero la sociedad debe defenderse del matonismo; no porque se disfrace de partido político puede tener carta de naturaleza. Sé que esto genera otros problemas (no delinquen las organizaciones, sino las personas). Pero la solución es fácil. Con las mismas ideas, los que no querían el asesinato como forma de acción política fundaron Aralar. Que es perfectamente legal, y no pasa nada. (Bueno, sí pasa algo. Que como no tienen una banda terrorista detrás que intervenga en el debate, los vota poca gente).

Saludos.

Renato

Anna Maria V. ha dit...

Hola, Renato
Éste es ya para nosotros un viejo debate muy argumentado, sobre el cual nunca hemos llegado a ningún otro punto de encuentro que no sea desear que no haya más muertes.
Lo que dices tiene su lógica, pero tal vez haya que pensar que Aralar no cubre exactamente las ideas de todos los que tú englobas en el mismo grupo (de izquierdas, independentistas y abertzales). Salvando distancias ideológicas, es como si pensaras que todos los independentistas de izquierdas catalanes tuvieran que comulgar con ERC, cuando realmente no es así. Entre otras cosas, porque de izquierdas tienen bastante poco.
¿No te parece surrealista que un partido que en plena efervescencia etarra era legal, ahora que se intenta (concédeme eso, se intenta) llegar a la paz, no lo sea? Es una clara involución. Sospechosa y de doble rasero, digas lo que digas. Por otro lado, creo que también podemos estar de acuerdo en que, bien localizados, son más fáciles de controlar. Aunque sólo sea por eso (fíjate si me pongo en una tesitura modesta) ya valdría la pena que fueran legales.
No me parece bien dejar una parte importante del electorado, que reclamando su espacio en las instituciones está aceptando el juego democrático, sin poder expresarse. Lo siento.
Saludos,
Anna

Anònim ha dit...

Anna, cuando elaboro mis argumentos suelo intentar ponerme primero en la piel del contrario. Es decir, intentar eliminar el factor "emocional" y ceñirme en lo posible a los datos. Para ponerte un ejemplo, si vivieras en Chile, ¿aceptarías que fuera legal un partido que apoyara y defendiera el pinochetismo, que diera cobijo a una banda de paramilitares asesinos y que no renunciara al uso de la violencia para lograr sus objetivos políticos de vuelta a una dictadura militar? ¿O dejarías que usaran las instituciones para ganar poder y reforzar sus posiciones alegando que tienen una base social (que la tienen, ojo)? O en Argentina; si tú fueses una madre de la plaza de Mayo, ¿aceptarías que un partido defendiera la impunidad de los genocidas y promoviera la vuelta a la dictadura, y que los de Juana Chaos militares se pasearan libremente por Buenos Aires? Sé que el paralelismo no es exacto; pero sobre todo porque ni en Argentina ni en Chile hay ahora bandas asesinas como la ETA en activo. Pero podemos imaginarlo. ¿Lo aceptarías, Anna, en virtud de los mismos argumentos que usas para defender a Batasuna?
Un cordial saludo.
Renato

Anna Maria V. ha dit...

Realmente el paralelismo no es exacto, porque en Chile y Argentina hablamos de gente que ha gobernado durante años y aquí de un grupo armado al margen de los centros de poder. De todos modos, yo creo que el punto de desencuentro entre tu parecer y el mío se halla en el hecho de que yo no creo que esa gente de la Batasuna actual (o de las siglas que sea) continuen defendiendo idearios que incluyan el terror y el asesinato. No creo de ninguna manera que quieran utilizar las instituciones democráticas para reforzarse y seguir matando. Pienso que se hallan en el inicio de un nuevo período para acabar precisamente con eso, y que es condición indispensable formar parte del juego para poder ayudar a que eso ocurra. Creo que desean llegar a lo que ha sucedido en Irlanda (pese a las diferencias, ya lo sabemos). Pero es evidente que para ello han de poder jugar, han de poder participar de pleno. Son una parte principal en la posible negociación. En cuanto a De Juana, no voy a repetir el argumento de la ley y de sus extrañas aplicaciones. De cualquier modo, Pinochet se paseó impunemente por Santiago hasta que murió de muerte más que natural, con la aquiescencia de la comunidad internacional y habiendo mentido descaradamente (él y sus médicos).
Me gustó mucho la imagen del nuevo parlamento del Ulster. ¿No podríamos retenerla en la retina y caminar hacia un desenlace parecido?
Saludos,
Anna

Anònim ha dit...

Estimada Anna,
dices que no crees que los batasunos "continuen defendiendo idearios que incluyan el terror y el asesinato". Han tenido cientos de ocasiones para desmarcarse del terror (la mejor, después de la voladura de la T4 y el asesinato de dos personas). NO lo han hecho. ETA se ha rearmado, aumenta la kale borroka, las extorsiones a empresarios, etc. Batasuna calla o lo justifica en función de las "dificultades del proceso". Eso son datos, Anna, no opiniones.
Te copio lo que dijo Aintzane Ezenarro, diputada de Aralar:"Es verdad que estos procesos son lentos. Lo que me preocupa no es tanto esa lentitud sino la resistencia en asumir el cambio de mentalidad. Por ejemplo, la falta de respeto de muchas personas de esa base social de Batasuna no ha desaparecido. La cultura de un proceso de paz no se construye de la noche a la mañana en una mesa de partidos. La paz no es un acuerdo político, no es decidir dejar de matar, es respeto y asumir de verdad como lo más normal del mundo la pluralidad política. De hecho sigue habiendo muchas presiones a las personas." Si ella, que vive ese mundo más de cerca, se queja de que las mentalidades no cambian...
Insisto también en que el caso del Ulster está muy bien como foto final, pero el proceso es muy distinto: yo te dejo de matar a ti si tú me dejas de matar a mí (o yo admito el indulto de mis enemigos porque también indultan a los míos). Pero, ¿qué familiares de Gregorio Ordóñez van a salir de la cárcel a cambio de que salga su asesino? ¿Qué pistolas tiene que entregar Maite Pagaza a cambio de las que entregue el asesino de su hermano? Situar al mismo nivel realidades tan distintas distorsiona la realidad, y no contribuye a resolver los problemas, sino a enquistarlos.

Un saludo cordial.

Renato

Lidia Cervantes ha dit...

A menudo, nos olvidamos de que la sociedad vasca, además de las dos o tres grandes ciudades, está compuesta por numerosos pueblos pequeños donde todo el mundo se conoce y por ello es mucho más dificil dar ese paso hacia el definitivo rechazo.
De acuerdo que alguna vez tendrán que ser valientes y darlo , pero comprendo que les resulte una decisión dificil de tomar. Precisamente porque los cobardes saben bien como y donde deben presionar.
Uno puede hacerse responsable de lo que le ocurra a sí mismo, si decide "tirar pel dret", pero cuando las amenazas se centran en miembros de tu familia... ¿Quién es el guapo que se atreve?... Estoy convencida de que Euskadi quiere quitarse ese lastre de encima y poco a poco lo conseguirá, pero comprendo que les cueste.
Lo que no debemos permitir es que hayan ciudadanos, que por uno u otro motivo, no puedan expresar libremente lo que quieren.

Anònim ha dit...

El problema viene, creo yo, no de que unos ciudadanos no puedan votar a quienes quieren (como sería el caso de las víctimas mortales de Eta, que ya no pueden votar más), sino si en el abanico de opciones disponibles debe caber todo. Es una discusión ético-política -si se debe tolerar al intolerante o si se debe permitir en el juego democrático a alguien que lo va a usar para a acabar con la democracia (y en el camino, acabar físicamente con algunos demócratas). El paralelismo con el nazismo no es del todo desencaminado. Los alemanes votaron a Hitler, pero ¿no habría sido mejor, vistos sus métodos y sus ideas, impedirles que se presentaran a las elecciones? La voluntad popular, ¿debe ser respetada ilimitadamente? ¿Aceptaríamos la presencia en las elecciones de un partido declaradamente racista, xenófobo, amparador de grupos ultra, justificador de la violencia y del maltrato a las mujeres, etc. sólo porque habría gente que los votaría y no hay que privarlos de esa opción? No es un tema de blancos y negros, y Batasuna se mueve constantemente en esa ambigüedad: gestos en ambos sentidos que no acaban de convencer a nadie.

Slds

Anna Maria V. ha dit...

Indudablemente, Renato, volvemos por antiguos fueros. Ese "si" condicional que tú planteas, recuperando como ejemplo la Alemania nazi, a mí me parece exagerado y poco representativo. Mucho menos representativo que la comparación que tú no aceptas con el IRA (aunque no digo que no sean ciertas las diferencias que tú expones entre el caso irlandés y el caso vasco). Mi "si" condicional va por otro camino. ¿Y si dejáramos de sospechar incondicionalmente de Batasuna y pensáramos que, como Otegi ha dicho repetidamente, realmente están por el proceso de paz?. Cuidado, no digo que no haya alguna gente renuente, y creo que, en ese sentido, el análisis de Lidia parece bastante acertado.
Pero la gran mayoría creo que no. Creo que quieren hacer un camino que será largo y duro, y que está empezando. Para mí el problema radica en que por fuerza se ha de partir de unos puntos establecidos por el bando contrario. Dejar de matar es, evidentemente, condición indispensable. Pero en cuanto al resto de cuestiones, la razón no está en todos los sentidos en el punto de vista (centralista y españolista) de quienes tienen en su mano el poder de ilegalizar.
Un saludo a todos,
Anna

Anònim ha dit...

Claro, Anna, nadie tiene en este caso la verdad absoluta. Pero hay que partir de unos puntos irrenunciables, que deben ser compartidos sin ambigüedades por todos. Y uno de esos puntos es la renuncia a toda violencia como método de alcanzar objetivos políticos. Sin esos puntos básicos, todo proceso se moverá en arenas movedizas. Lo irrenunciable no es "Navarra", la territorialidad o la reagrupación de los presos. Lo irrenunciable es jugar en política con las mismas reglas para todos. Y esas reglas incluyen no matar ni extorsionar ni amenazar al adversario. Lo del Ulster fue un "quid pro quo" alcanzable en procesos como el palestino, pero no a otros como el caso vasco o el del Sahara. La legalización de Batasuna está muy fácil (el gobierno está deseando una mínima declaración de condena de la violencia para reintegrarlos a la vida política) pero los abertzales llevan un doble juego: declaración de Anoeta -vías estrictamente políticas- pero sin renuncia a la violencia -atentado de la T4. Ese tipo de jugadores (bien sean de extrema derecha o de extrema izquierda) desvirtúan el sentido de la democracia, porque incluyen elementos de coacción de la libertad, sin la cual el juego político está viciado en su origen. Y no me vale decir que si se legalizan renunciarán a la violencia, porque ya fueron legales y no demostraron el más mínimo aprecio por el respeto a los que no piensan como ellos.

Saludos.
Renato

Anna Maria V. ha dit...

Los tiempos a los que aludes en tu frase final para mí eran otros, claramente. En cuanto al atentado de la T4, me parece que el entorno de Otegi no lo vio nunca positivo, y mucho menos lo apoyó en ese doble juego que mencionas . No creo que estuvieran de acuerdo con romper el alto el fuego permanente. Esos han sido un sector mínimo y cada vez más desangelado. Por supuesto que coincido contigo en lo que dices al principio de tu comentario. Evidentemente, hay que dejar claro que la condición previa e irrenunciable es el final de la violencia. Ya lo he dicho.
Todas las personas de paz, la gente normal que trabajamos, comemos y dormimos intentando sobrevivir buenamente, queremos que se acabe la sangre. Todas.
Las que no, son pocas.
Ahora bien, ha de ser con la aceptación de la diferencia. Pero la aceptación verdadera, no de palabra. Y esa aceptación implica cambiar un poco (o bastante) ciertas mentalidades. Porque yo te digo una cosa, aunque Batasuna pronuncie esa palabra que parece tan importante para todos: CONDENA,
¿cuánto tardará el poder de Madrid en empezar a recortar nuevamente cualquier tipo de pretensión que huela un poquito a deseo de soberanía o autodeterminación? La prueba la tenemos en Catalunya. No matamos ni extorsionamos, pero de buen rollo tampoco conseguimos nada.

Nunca la lengua ha sido tan importante, nunca una cosa tan trascendental ha dependido tanto de una sola palabra. CONDENA. Muy bien, ¿y luego? Tal vez luego habría que empezar a buscar en el diccionario el significado de muchas otras palabras.

Otra vez saludos,

Anna

Anònim ha dit...

Te sigo, Anna, en tus argumentos. Lo de "condenar" tiene sobre todo un carácter simbólico, el de aceptar las reglas del juego. Eso está en manos de Batasuna, ya. (Lo que haga ETA es otra cosa). En cuanto a Madrid y el ejemplo que pones de Cataluña: Bueno, aceptar las reglas del juego no significa que vas a ganar el partido. Pero hay gente que erróneamente piensa eso. Es lo que se llama "precio político". Imagínate un jugador sancionado con no jugar por agredir a los contrarios. Y que exigiera por dejar de agredir, no sólo volver a jugar, sino que además gane su equipo. Las cosas sencillamente no funcionan así, Anna. Ya sabes que yo pienso en el concepto "España" como un proyecto común, no como una imposición lingüística y política de unos sobre otros. Por eso creo que desde la "periferia" le deberíais dar una oportunidad a España. Es decir, creo que ha costado mucho llegar hasta donde hoy estamos (aunque no siempre de la mejor manera), y los separatismos suponen desandar parte del camino andado entre todos.

Saludos.

Renato

Anna Maria V. ha dit...

Aunque no hablo de separatismo en el sentido más estricto, porque ya sé (y creo que lo he dicho en algún momento)que, entre otras cosas, se trata de una utopía, sí que hablo de mayor autonomía, de conseguir ciertas parcelas, etc.
No se trata de ganar el partido siempre, evidentemente, pero tampoco de perderlo de antemano.

Tú mismo, con toda tu carga de comprensión y de debate constructivo, no te mueves ni un ápice de tus posiciones unitarias (y repito, no hablo de independencia total, sino de algunos logros o de algunos cambios).

Es indudable que hay españoles más proclives que otros a aceptar la diferencia, sólo faltaría. Sobre todo los que han estado aquí y han visto la auténtica situación en Catalunya (absolutamente distinta a la que se explica por ahí). Pero también deberás darme la razón en el hecho de que no augura nada bueno la actitud de la mayoría, con la campaña desprestigadora del PP a la cabeza.

¿Cómo quieres que vivamos eso desde "la periferia"? ¿Cómo quieres que nos creamos que en el País Vasco van a ser diferentes las cosas si Batasuna "condena", cuando, repito, aquí no hay violencia y tampoco lo son? ETA es una excusa inmejorable para negar ciertas aspiracines vascas. Pero ya ves, en Catalunya, para negarlas, el centralismo españolista ni siquiera necesita excusas.

Saludos,
Anna

Lidia Cervantes ha dit...

La prueba de lo que dice Anna, la tenemos en los últimos comicios.
Se han presentado algunos partidos en cuyos programas, han esgrimido argumentos, que de ninguna manera deberían haber sido admitidos, vease Vic y Badalona, por ejemplo. En cambio, se han presentado sin ningún tipo de pudor y lo que es peor... Han conseguido colocarse...
Si eso no es medir con doble rasero...

Un saludo

Anònim ha dit...

Tienes toda la razón, Lidia. Precisamente quería yo hablar de ese tema. Si empezamos a movernos por los márgenes de la Constitución pasan cosas como ésa (y más que vendrán). Repito que la Constitución puede ser un buen reglamento del juego (hasta ahora ha funcionado más o menos bien) y el que se quede fuera no juega. Pero es verdad; un partido xenófobo, aunque no justifique la violencia, no comparte los valores democráticos constitucionales.
Anna, mis planteamientos no son por principio de unidad de España a toda costa. Sólo quiero saber los motivos que empujan a cambiar el statu quo de una comunidad determinada, en qué sentido el resto de españoles impedimos el libre desarrollo de Cataluña, que hace tan necesario marcar distancias. Pero yo no soy partidario de imponer unidades políticas a quien no lo desea mayoritariamente.

Saludos.
Renato

Anna Maria V. ha dit...

Es tan largo de explicar todo esto que no sé por dónde empezar ni creo que pueda hacerlo coherentemente en un mensaje de blog. Voy a hacer unos simples esbozos, aunque, de cualquier modo, estoy segura de que tú ya me entiendes más o menos.
En primer lugar, y partiendo del juego democrático al que jugamos todos después de la desaparición del dictador, acepto lo que dices de la Constitución, pero con la aceptación implícita, también, del hecho de que la constitución no es intocable ni infalible, ni sirve igual a medida que los tiempos avanzan. La constitución que tenemos (seguramente la mejor que pudo redactarse en aquel momento histórico)ha de ser susceptible de mejora y enmienda cada vez que haga falta, como se supone que lo será para que la borboncita reine.
Y no me refiero solamente a cuestiones nacionalistas, me refiero a todo. Las nuevas circunstancias que nos plantea el siglo XXI (inmigración, integración en Europa, problemas medioambientales, etc.) no existían hace 30 años. Por tanto, hay que modificar lo que haga falta. Un buen ejemplo es la constitución de los EEUU, que ahora ya no recuerdo el número de enmiendas que arrastra.
En cuanto a la pregunta que me haces, ya te digo que es larguísimo de explicar y razonar. Dejando de lado los antecedentes históricos, que ya planteé al anónimo desconocido en los posts del artículo anterior,voy a empezar diciendo que en Catalunya (como en Euskadi) existe la percepción de vivir una realidad muy distinta y de estar muy alejados del resto del Estado. En parte ello se debe a las diferencias culturales y lingüísticas, pero sólo en parte. La otra parte (y no empieces a tacharme de victimista) a la sensación de no ser en absoluto comprendidos ni respetados. Yo creo que esto te lo podría argumentar muy bien alguien que haya nacido fuera y lleve ya tiempo aquí, como Charo o el mismo Manel. A nivel anecdótico, ya te hablé del Rocío, por ejemplo. Desde aquí la percepción es que casi todo lo que se cuenta y se sabe de nosotros fuera está tergiversado de manera malintencionada y perpetúa creencias que se pierden en la noche de los tiempos. Ya he dicho que no voy a usar argumentos históricos, pero por poner un ejemplo antiquísimo: Catalunya tuvo prohibido durante años comerciar con América, hasta que llegó Felipe V y en un primer intento de ganarse Catalunya, autorizó dos barcos. Estas cosas (de las cuales las hay a patadas) generan una sensación de discriminación grande, porque, luego, para ir a luchar a Cuba en la guerra de las Colonias de América (en donde murieron multitud de catalanes), entonces no hubo distinciones. Ya sé que eran épocas diferentes y que mi argumento parece demagógico. Pero sólo lo uso de ejemplo. Para dar, sí. Para recibir, no tanto. Esta percepción a la que me refiero también la genera el hecho inqüestionable del poco respeto y defensa que han merecido y merecen desde la prepotencia centralista el resto de lenguas peninsulares. Parecía normal durante el franquismo, pero han pasado 32 años desde que murió Franco y todo sigue igual. Ya lo he dicho muchas veces. La lengua ha servido de claro elemento uniformizador, y se ha menospreciado en lugar de valorarla como un tesoro. Yo te digo que, independentismos radicales al margen, el 90% de catalanes se sienten tratados injustamente desde Madrid, incluso los castellanoparlantes. Por no alargarme más: se nos pide siempre solidaridad con las comunidades más desfavorecidas, la tenemos por ley y por buena voluntad, y esas mismas comunidades (léase Extremadura, por ejemplo) nos la devuelve con injurias. Eso sin contar con que cada niño de la educación pública extremeña tiene un ordenador, mientras que los niños de la rica y opulenta Catalunya aún dan clases en barracones. Y las autopistas, y el aeropuerto (con la lucha para que no salgan de Barcelona vuelos intercontinentales, cuando está demostrado que los catalanes somos los que más viajamos), y los impuestos más caros del Estado, y los papeles de Salamanca (te parece poco indignante lo de calle del Expolio - como si el expolio no fuera al revés-), y ... y...
Ésa es la realidad.
No sé si me he explicado bien, pero se trata sólo de una pincelada que me ha planteado un gran esfuerzo de síntesis.
Así las cosas, las posiciones se radicalizan, y encima viene el PP y crispa más el ambiente y empieza una nueva campaña de desprestigio y falacia con boicot económico incluido.
En Catalunya somos gente de paz, gente luchadora y trabajadora pero que no tiene ganas de líos ni de perder el tiempo. No eximo en absoluto a nuestros políticos de la parte de culpa que les pertoca, que quede claro. Pero también has de entender lo que te digo, y entenderlo en su justa medida.
Ya no se trata de independencias ni nada de esto. Yo te aseguro que si el pueblo catalán se sintiera tratado con ecuanimidad, la mitad de presunciones nacionalistas quedarían en segundo plano.
Disculpa el rollo que, por otro lado, no sé si es lo suficientemente aclaratorio, pero estoy en el Empordà, sopla una tramontana de mil demonios y tal vez también se me va la olla como al personaje de García Márquez. Espero no acabar como él.
Saludos a todos,
Anna

Anònim ha dit...

Estimada Anna,
estando de acuerdo contigo en muchas de tus afirmaciones, sigo pensando que subyace una actitud de base que es lo que nos hace ver la realidad de una determinada manera.
Pongo un ejemplo: voy por la carretera, la Guardia Civil me hace la ráfaga pero no me doy cuenta. Se dan la vuelta, me paran y me dicen que si no les he hecho caso, que si no me he dado cuenta de que llevaba las luces apagadas y ya se había puesto el sol, etc. Noto que el guardia me está provocando para que salte y justificar así la multa. Pero digo que tiene razón, que no me he dado cuenta. Insiste, pero no caigo en esa "provocación". Al final, ve a mis hijos pequeños y me dice: "la multa son 15.000 pesetas. Con ese dinero, cómprele usted algo a sus hijos". Le doy las gracias, enciendo las luces y me marcho. Si a un abertzale le hubiera ocurrido un episodio similar, seguro que estaría diciendo que la Guardia Civil lo paró por ser vasco, en una actitud represiva, etc., etc.
Otro ejemplo: Yecla es una ciudad industrial que necesita una autovía que nunca llega. Pero no se nos ocurre echarle la culpa al centralismo o a una persecución por parte de los enemigos del pueblo yeclano. Los hechos están abiertos a múltiples interpretaciones, y podemos escoger la que mejor vaya con nuestra ideología, para justificar nuestros presupuestos. Y yo quiero dialogar dejando a un lado, en lo posible, muchos de esos presupuestos y prejuicios que tanto dificultan la convivencia.
Ese es mi punto de partida, Anna.
Saludos.

Renato

Anna Maria V. ha dit...

Sí, sí, no dudo que ése sea tu punto de partida, el punto de partida de Renato. En modo alguno pretendo yo dar a entender(sería una imbécil mayúscula y una persona injusta) que en el resto del Estado no hacen falta infraestructuras ni existen problemas. Tampoco niego que, en algunas circunstancias, es muy fácil acusar al centralismo o al anticatalanismo, o a los enemigos de Euskadi (al ejemplo de la Guardia Civil me remito). La paranoia también existe. Creo que en esta introducción demuestro que yo también quiero dejar de lado en lo posible cuestiones que dificulten el diálogo.
Ahora bien, permíteme humildemente que también te ponga un ejemplo.
Un ejemplo que, además, conozco bien porque he hecho estudios sobre la misogínia en la literatura popular y, de rebote, en la sociedad.
Cualquier feminista recalcitrante sostiene a capa y espada que todo lo malo que les pasa a las mujeres es culpa del macho de la especie y da a entender que el hombre vive en una especie de paraíso exento de dificultades. Evidentemente, no es exactamente así. La vida (creo que ya he escrito esto en alguna otra ocasión) nunca es blanca o negra. Es difícil para todos y suele presentar una gradación de grises casi interminable...
Pero continuemos con el ejemplo. Aunque alguien no tan feminista, alguien con mayor serenidad y menor posicionamiento ideológico, viera claramente que los hombres también tienen problemas, también están esclavizados por el sistema, también padecen discriminaciones, etc., si fuera justo no podría dejar de reconocer que las mujeres mucho más. No hace falta ser radical para darse cuenta de que las mujeres padecen todos los problemas de la sociedad del hombre, y unos cuantos más. Y que esto ha sido así históricamente de manera documentada y demostrable.
Pues bien, eso es lo que pasa con Catalunya o con Euskadi. Padecemos todos los problemas de esta España ("a veces madre y siempre madrastra", como decía Víctor Manuel en homenaje a Blas de Otero) más los propios, que he querido plasmar sucintamente en el post anterior. Dándote la razón de antemano, ya reconocí que algunos políticos catalanes daban más pena que otra cosa, y, por tanto, son responsables de muchas cosas de las que pasan.
Ahora bien, no me negarás que, igual que la mujer padece una clara discriminación que se pierde en la memoria, también la padecen muchos pueblos de Europa (los que nos ocupan incluidos), que no gozan desde hace siglos de la soberanía nacional que gran parte de sus habitantes desean.
Y, Renato, por mucha paranoia que quieras atribuirnos, por mucha interpretación equívoca que argumentes, ¿cómo justificas el boicot a los productos catalanes, cómo justificas la negativa a devolver los papeles de Salamanca, cómo justificas la poca valoración cultural y lingüística, cómo justificas las trabas a un aeropuerto internacional moderno que no haría otra cosa, desde el punto de vista españolista, que redundar en la importancia de España en el mundo...?.
Me parece que no hay muchas dudas al respecto. Hay pueblos dominantes y pueblos dominados, hay países ricos y países pobres, y hay quien no puede soportar la diferencia. Es una cuestión de carácter. Los castellanos han sido así durante siglos, como así han sido los ingleses. Éstos no soltaban Irlanda así los mataran, y aquellos ya no pido que nos suelten, pero sí que respeten de verdad ciertas aspiraciones de nuestra diversidad. Solamente así podrá iniciarse el auténtico diálogo.
Saludos cordiales,
Anna

Anònim ha dit...

Lo que dices, Anna, tiene mucho sentido. Pero hay que aclarar algunos conceptos que están en la base de los desencuentros dentro de la sociedad española. Por ejemplo, el concepto de "pueblo". Ya discutimos aquí sobre la identidad pueblo-lengua-territorio-Estado. Hay ejemplos históricos para todos los gustos. Pueblos sin Estado ni territorio (los gitanos, los kurdos), pueblos que usurpan un territorio tras muchos siglos para construir su Estado (Israel), hablantes de varias lenguas que constituyen un solo pueblo (Suiza), Estados sin pueblo (el Vaticano), pueblos con Estado bilingüe (Irlanda), etc. etc. Por tanto, veo pocas razones -alguna hay, cierto- para considerar a Cataluña un pueblo aparte, salvo que exageremos las diferencias y minimicemos lo que nos une (histórica, social y políticamente). Pero de seguir así, hasta el cantón cartagenero tiene precedentes históricos y razones para separarse de Murcia, o los araneses para sentirse singulares y distintos de los catalanes, y así sucesivamente hasta el infinito...
Pienso que hay un componente "místico" en los nacionalismos que precede a los razonamientos, casi todos ad-hoc, que esgrimen para justificar sus reivindicaciones. Esas mismas reivindicaciones son consideradas como provocaciones por los demás, y se comienza un círculo vicioso, que va del "compreu - no compreu" al boicot a los productos catalanes, y así sucesivamente.
La cuestión está en ir subiendo la intensidad del debate hasta que la cuerda se tensa tanto que se rompe. Y creo que el Estatut ha sido un elemento más de esa escalada, en el sentido de su unilateralidad. ¿Aceptarían los catalanes que el valle de Arán se considerara fuera del Estatut y regulara él solito su relación con Cataluña y con España como pueblo ocupado por los catalanes? ¿Y que aparecieran en los medios de comunicación con pancartas "The valley of Aran is not Catalonia"? No creas que es imposible; si algún político viera alguna ventaja en ello, no dudaría en lanzarse a magnificar las diferencias entre araneses y catalanes. Yo abogo por el entendimiento y la unidad dentro del respeto a la diversidad. Pero, como diría el anónimo del post anterior, a lo mejor es una postura ingenua. No sé.

Saludos.

Renato

Anna Maria V. ha dit...

Ningún problema para la independencia total y absoluta de los araneses si así lo desearan. Faltaría más.
Precisamente porque existen pueblos y naciones de todas las clases, todas y cada una de ellas tienen derecho a exponer sus aspiraciones legítimas. Sobre todo si, además, lo hacen desde la legalidad vigente y de manera pacífica.
Mira, me vienen muy bien tus argumentaciones "místicas" en relación con el nacionalismo. Ha salido en CD (3 CD nada menos) el último recital de Lluís Llach, Verges 2007. Yo lo vi en directo, pero había olvidado lo que dice de los nacionalismos, con su lucidez y su claridad habitual, que, entre otras cosas, lo han llevado a vivir su vida con plena y absoluta coherencia. Bien, Llach comenta en un momento dado que precisamente desde ciertas posiciones siempre se ha argumentado (también como un modo de desprestigio y infravaloración) que los nacionalismos son simplemente posturas sentimentales, emocionales, místicas. Y él sostiene que en realidad se trata de corrientes y teorías claramente documentadas que han defendido durante siglos el derecho de los oprimidos o de los que tienen algo que reivindicar a gestionar su soberanía, a expresar sus deseos y a luchar por su libertad. Advierte también que, para él, eso no tiene sentido si el ser humano no es el eje central de todo esto, y defiende un nacionalismo abierto, en el que cabe todo el mundo, y muy alejado de corrientes indeseables como puede ser el nazismo. Me gustaría que lo oyeras si tienes ocasión, porque creo que expresa la cuestión con transparencia meridiana.
Nada tiene que ver con la ingenuidad tu totalmente suscribible postura de desear el entendimiento desde el diálogo y la comprensión. En cuanto a una palabra que usas, que es el quid de la cuestión (me refiero al término "Unidad"), repito que hay muchas formas de gestionarla. Sin llegar a la independencia, que, como te dije, sólo desea una parte relativamente pequeña de la sociedad catalana, se puede vivir en unidad con una mayor autodeterminación, como sería el caso del federalismo. Yo no sé, honestamente, si es mi modelo, pero creo que es menos utópico que otras posibilidades y que podría ser una opción válida. Una opción, por cierto, de la cual ya existen ejemplos en el mundo y que, por tanto, sabemos que puede funcionar y no es descabellada.
Ahora soy yo quien te hace una pregunta: ¿Crees que la omnipotente España aceptaría eso? ¿Crees que se lo plantea siquiera pese a que ha habido voces, como la de Pasqual Maragall, que han defendido esa opción en algunas ocasiones? Sabes que no. Sabes que la "unidad" es intocable. Sabes que rápidamente habría un rasgar de vestiduras de tomo y lomo.
Yo conozco el pasado común que tenemos, pero, siguiendo con la cita del post anterior, para Catalunya España siempre ha sido madrastra.
Espero que nuestras diferencias que veo difíciles de conciliar no enturbien un debate para mí tan enriquecedor.
Nuevamente saludos,
Anna

Anònim ha dit...

Entiendo el sentido "místico" de la palabra pueblo como una especie de unidad ahistórica, no conceptualizable en características determinadas y medibles. Es curioso comprobar como la autoconcepción de checos y eslovacos como pueblos diferentes se impuso a la unión forzada de una Checoslovaquia artificial; y en cambio el concepto de "pueblo alemán" produjo lo contrario: la unión de dos Alemanias separadas tras la guerra. Así que no descarto del todo que Austria, los Sudetes, Alsacia y Lorena vuelvan a reclamar su "germanidad"; si no lo hacen creo que es para no resucitar viejos fantasmas, en el contexto de una Europa más unida que nunca. Lo mismo sucede con el "pueblo español"; no es una unidad homogénea, incluye entre sus cualidades a la vez el quijotismo y el ánimo fratricida, el afán de imperio y la multiplicidad interna. Somos un caso extraño. Para mí ser español significa sentirme amparado por una estructura social y política en mi deseo de compartir con otros ¿pueblos? ¿naciones? ¿regiones? un proyecto de convivencia. Sin que eso signifique choques o recelos. Creo más conveniente sumar que dividir, compartir que acaparar, buscar puntos de encuentro (que, repito siempre, hay muchos) antes que exagerar las diferencias y los enfrentamientos.
Por eso, para mí, la batalla de Almansa no significa nada, no es símbolo de ninguna imposición, no es algo que me separe de Cataluña. No la celebro como victoria de nadie. Pero sí disfruto de la música de Lluis Llach y de Tete Montolíu como mías, o la Sagrada Familia, o tantas otras cosas...
Bueno, creo que el que se está poniendo místico soy yo.

Un saludo a todos.

Renato

Anna Maria V. ha dit...

Lamento profundamente lo que de trágica premonición tiene el post de Lidia que inaugura los comentarios de este último artículo. Desearía fervientemente que se pudiera retroceder en el tiempo y reconducir hacia el diálogo esta situación.
Un abrazo a todos/as, sin duda desde el anhelo de paz.
Anna

Anònim ha dit...

No entiendo bien el post de Lidia. Los que tienen que salir a la calle con escoltas, mirar debajo del coche, ver su foto en una diana, etc. ¿son encima opresores? ETA no representa a ningún oprimido, es una máquina de matar y de extorsionar, una mafia sangrienta que nunca ha querido ni diálogo, ni paz, ni nada. Un cáncer social que genera su propia cobertura ideológica y política, su propia cantera de asesinos, con la connivencia de políticos de todo signo. Si tuvieran el más mínimo deseo de paz habrían recogido cualquiera de las muchas manos que les han tendido los gobiernos democráticos de este país. Siguiendo ese razonamiento, mucho más oprimidos son los delincuentes de todo tipo que pueblan las cárceles; gente que ha tenido pocas oportunidades en la vida y que encima, una vez condenados, no tienen fuera una banda que negocie con ellos y hable de liberar patrias, de mesas de negociación y de treguas "indefinidas". Pobre gente. Se ve que hoy en día, si no formas parte de una organización poderosa, no eres nadie.
Lo siento, pero he visto a Zapatero en la tele y se me ha cortado la digestión.

Saludos.
Renato.

Anna Maria V. ha dit...

Sí, bueno, a mí también se me ha cortado viendo a Rajoy. Ahora nos encontramos en la situación que él esperaba, la que le va mejor.
ZP ha fracasado, como fracasaron antes Aznar, Felipe González y Adolfo Suárez. Además, lo admito, ha fracasado doblemente, porque creo que la situación nunca pareció tan favorable como ahora (el mundo en general y Europa en particular es muy diferente a los otros momentos que cito). Ahora bien, la actitud del PP, siempre "anti" y nunca "con", ha contribuido decisivamente a crear el callejón sin salida en el cual nos encontramos.
Tal vez tengas razón, Renato, en el hecho de que ETA nunca tuvo auténtica intención de negociar. Tal vez tengas razón y la ingenua sea yo. Y lo sea Manel, y toda la gente (honesta y buena) que integra las plataformas prodiálogo. Tal vez.
El post de Lidia se entiende bien, perfectamente. Yo lo he usado pasándolo por un cierto filtro melodramático (lo acepto, no en vano mi trabajo es la literatura). Lo que ocurre es que tú nunca lo compartirás, porque partimos de bases distintas. Tú piensas que la gente ilegalizada de ANV son lo mismo que ETA, y nosotros creo que pensamos que no. Por eso no podemos llegar al entendimiento total, por muchos esfuerzos que hagamos.
Sea como sea, el punto máximo del entendimiento sí que existe, porque ninguno de nosotros desea más muertos. Ni uno más.
Saludos,
Anna

Anònim ha dit...

Que no haya más muertos depende exclusivamente de ETA. Ni de Zapatero ni del PP, ni de nadie más. Pero lo cual no excluye errores por parte de todos. En primer lugar, porque para que haya diálogo, se deben dar unas condiciones mínimas que la mera ausencia de atentados no garantizaban. Una de las partes del diálogo no puede estar robando pistolas, agitando la calle, extorsionando empresarios, dinamitando aparcamientos y asesinando personas y pretender que sus intenciones de paz son sinceras. Esas "intenciones de paz" sólo las veía Zapatero, y así nos ha ido.
La izquierda abertzale ha ido con el paso cambiado todo el tiempo. Muchas declaraciones pomposas y guiños a la galería, pero siempre obligados a seguir un guión escrito por los de las bombas. Insisto en que otra izquierda abertzale es posible. Y para demostrarlo ahí está Aralar. Para participar en el juego democrático hay que aceptar las reglas. Y una de ellas es que los coches bomba no son medios de hacer política. Y los de Batasuna son artistas en eso de amenazar con la "socialización del sufrimiento" y demás retórica violenta. No es apto para el juego democrático alguien que utiliza el terror y el amedrentamiento de los adversarios por medio de una banda terrorista. (NO son lo mismo, Anna, tienes razón. Si fueran lo mismo, se les perseguiría como terroristas. Pero juegan con el terrorismo como arma política. Por eso son ilegales)
Y el PP, que podría haber mantenido un perfil más bajo y dejar que los acontecimientos les dieran la razón. Cayeron en la trampa de Zapatero, y se quedaron a medio camino: si apoyaban el proceso, transigían con algo que no conocían y que posiblemente incluía aspectos inaceptables; pero si se oponía, parecía enemigo de la paz y partidario de una intransigencia cerril.
Por culpa de todos, ahora ETA está más fuerte, la moral democrática más baja y se ha perdido un tiempo precioso. Zapatero ha hecho a ETA concesiones de dudosa legalidad (Otegui, de Juana, chivatazos, etc.) pero de mucha relevancia mediática. En cambio, ha dejado sin dar otros pasos más legales (acercamiento de presos) que ahora le están reprochando.
Es cierto que seguramente no podremos llegar a un entendimiento completo, porque somos personas de diversa biografía, intereses, sensibilidades... Pero creo que coincidimos en lo esencial, creemos en la democracia como sistema político y en su capacidad para superar las dificultades que van surgiendo en el camino.
Un saludo.

Renato

Anna Maria V. ha dit...

No he respondido hasta ahora porque tengo mucho trabajo, pero acabo de ver el telediario y no puedo por menos que escribir cuatro líneas. ESTOY ABSOLUTAMENTE INDIGNADA POR LA DETENCIÓN DE ARNALDO OTEGI. Me parece un acto de venganza intolerable si proviene de las instituciones democráticas, y me parece insensato y absolutamente absurdo. Un acto de poca inteligencia que llena de significado, esta vez sin estilizaciones retóricas, el primer post de Lidia.
QUÉ VERGÜENZA
Anna