'El Guti', ex secretario general del PSUC, en muerte clínica a causa de un infarto.

Mañana lo trasladarán desde Galicia por expreso deseo de la familia.

Antoni Gutiérrez Díaz está muerto clínicamente por un fallo cardiorrespiratorio en un hospital de Santiago de Compostela. Un paro cardíaco lo sorprendió en la ciudad gallega donde se encontraba para dar una conferencia.

Conocido como el “Guti”, nació en Premià de Mar en 1929. Ocupó la secretaría del PSU (a él le gustaba decirlo así, deletreando cada letra de la sigla como si la saboreara) desde 1977, año en el que sustituyó a Gregorio López Raimundo, hasta el fatídico V congreso, donde pro-soviéticos y leninistas se enzarzaron en una guerra ideológico-fratricida. El resultado, un partido escindido, debilitado... muy lejos de ser aquel poderoso referente social y catalanista que fue otrora.

El compañero “Guti” ha sido protagonista de los tres acontecimientos históricos más importantes de la era contemporánea: transición democrática, recuperación de las Instituciones políticas de Catalunya y proceso constituyente de la UE.

Su trayectoria catalanista, en el PSUC y en la sociedad catalana, ha sido innegable. Supo conjugar a la perfección la defensa de los intereses de la clase trabajadora, con la defensa de la cuestión nacional catalana.

En 1977, salió escogido como diputado en el primer Congreso democrático. Fue uno de los padres de la Constitución española. En 1980, fue elegido diputado autonómico y participó en la redacción de l’Estatut de Sau en representación de los comunistas.

Del “Guti” se puede escribir todo tipo de panegíricos. Y de hecho, se escribirán. Siempre sucede lo mismo cuando alguien se muere. Se rememorarán las vicisitudes por la que pasó durante la dictadura franquista. Se recordará que fue uno de los impulsores del eurocomunismo. Que fue eurodiputado. Y tantas... y tantas cosas más.

Pero hay un par de cuestiones que a un servidor no le gustaría que quedase en el olvido. En primer lugar, que fue la viva representación de la lucha contra el fascismo en Catalunya. En segundo lugar, que fue un incuestionable referente para el no decaimiento moral de la juventud en la lucha por la consecución de las instituciones y libertades democráticas.

Sería absurdo e irracional minimizar la importancia política e histórica de “este animal político”, en palabras de su amigo y compañero Andreu Mayayo.

Sabes una cosa Antoni, estoy seguro de que allí donde vayas, la más mínima privación de libertad, encontrará tu más enérgica oposición. No puede ser de otra manera.

Salud, camarada “Guti”.

Barcelona, 1 de octubre de 2006